Bucearé en la profundidad de los tules de mis labios
sin las prisas innecesarias de compartir el momento
sin el desgarro de abrirme por dentro.
Bucearé en la soledad de mi piel, sin norte, ni sur
sin camino que entretenga a mis gemidos, sin ti, pero conmigo.
Bucearé en el olor del recuerdo de las sábanas,
que casi son imperceptibles, que ya ni van ni bien, ni enredan, ni entretienen.
Bucearé en la madrugada que nunca tuvimos, ni en el café de después tranquilos,
ni en la risa de compartir una puesta de sol para el olvido.
Bucearé en las laderas de mis caderas, jugando con ellas, aliviando al descuido
de días que perdidos entre prisas y miedo.
Bucearé en el presente, que para ser decentes es mejor que navegar en la desmemoria
de tus risas con prisas, de tus amaneceres sin desayunos, ni tus días a medias con momentos en premura.
Bucearé en un mar de calma con mi cuerpo como navío, mis piernas entreabiertas soplando a los cuatro vientos y mi sexo húmedo y lascivo recordando que yo no tengo prisa, que el regalo de la vida es vivir sin correr, besar sin pretender y amar sin establecer…
Bernice
Bueno, dan ganas de bucear 🙂
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Jajaja Gracias 😉😘
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Nada como el perfume que queda en las sábanas de quién estuvo regalándote el sudor de la pasión…y dormitando en ese aroma y la satisfacción, como sin querer la cosa tener el impulso de mirar bajo la cama, por si acaso no quedó alguna de sus prendas arrojadas durante la batalla de los cuerpos…
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Gracias por las letras 😉💋
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Un placer…
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